"Imagination is the one weapon in the war against reality."

Jules De Gaultier



domingo, 30 de septiembre de 2007

El Candidato Indiscreto: Episodio XIX

“No sé nada de lo que estás diciendo.” Esa es la respuesta que Caridad repite. “¿Me acusas a mí de mentirosa? ¡Tú eres la mentirosa! ¡Fingiendo ser nuestra amiga para espiar nuestras vidas! ¡Vergüenza te debería dar!”

Suelto un suspiro de exasperación. ¿Es muy densa como para comprender que le estoy haciendo un favor? “Hablando hipotéticamente—” Le planteo. “—si apareciera evidencia comprometedora como, digamos por ejemplo, fotos indiscretas con tus huellas digitales en ellas, podrías estar en un problema serio. ¿Nos estamos entendiendo? Ahora, lo que no me computa de todo esto es que esas fotos—hipotéticas, por supuesto—iban acompañadas de una nota que exigía el retiro de Oliver Coronado de su vida política. Y yo no veo cómo eso te puede interesar a ti. Así que lo único en lo que quisiera que me ayudaras, como un mero ejercicio intelectual, es encontrarle sentido a esa teoría. ¿Qué dices?”

“¿Por qué no me puedes dejar en paz?” Protesta Caridad. Deja su café a medias y se dirije a la salida del restaurante, no sin antes advertirme: “Si te vuelves a acercar a mí, tendrás problemas.”

Las amenazas vacías y evasivas débiles de una persona desesperada sin una coartada decente. Sabía que éste sería un callejón sin salida, pero tenía que intentarlo. Miro mi reloj con desilusión. Me esperan en el Partido Innominado.

Oliver Coronado me recibe en compañía de Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: Narciso Carles, Saúl Ballesteros, Efraín Ferrer y Guillermo Arias. Un cuarteto de empresarios que se han empeñado en llevarlo a la Presidencia. Han abierto una botella de Moët Chandon para celebrar mi éxito. No es para menos. He removido el principal obstáculo en el sendero al Palacio de las Garzas. Y por un precio bastante módico.

“Estamos extremadamente satisfechos con su trabajo, Señorita Saavedra;” Efraín me felicita. “Esta mañana mi secretaria hizo la transferencia de sus honorarios a su cuenta bancaria.” Los demás también me obsequian sonrisas de aprobación. “¿Recordó traer las fotos?”

Con recelo les entrego la bolsa con las fotos de Oliver en plena acción con un grupo de strippers que dieron inicio al caso. “Sugiero no destruirlas,” les advierto. “Es evidencia valiosa que aún puede ser útil.” Les explico el cabo suelto que me revienta, la incongruencia entre la motivación de Caridad y su aparente participación.

“Eso no debe preocuparle,” Arias dice rápidamente. “Una bailarina no puede afectarnos. Y ella no se atreverá a meterse en un lío mayor.”

“Nos pusimos de acuerdo—” Saúl rápidamente cambia el tema. “—y varias de nuestras empresas le han preparado cartas de recomendación para su agencia.” Ballesteros me entrega la carpeta con las esquelas. “Confiamos en que le serán útiles en el futuro.”

Todos estrechan mi mano y me vuelven a congratular mientras me acompañan a la puerta. Y con eso culmina nuestra relación. Excepto que yo quedo frustrada. Abordo mi Honda CR-V y lanzo la carpeta al asiento trasero sin abrirla. Cartas de recomendación… ¡Qué chiste! Lo único cierto es que siento que he fracasado.

Sin más remedio, me sumerjo en mi trabajo y nuevos casos que tocan a la puerta. Pero en la parte posterior de mi mente éste sigue atormentándome. Y entonces, quince días después, recibo una llamada perturbadora en mi celular.

“Sabrina, habla Donna;” la bailarina se identifica. “Necesitamos hablar contigo. Se trata de Caridad. Ha desaparecido.”


CONTINUARÁ...


EPISODIOS ANTERIORES
Episodio I:
http://rfjplanet.blogspot.com/2006/10/el-candidato-indiscreto-episodio-i.html
Episodio II: http://rfjplanet.blogspot.com/2006/10/el-candidato-indiscreto-episodio-ii.html
Episodio III: http://rfjplanet.blogspot.com/2006/11/el-candidato-indiscreto-episodio-iii.html
Episodio IV: http://rfjplanet.blogspot.com/2006/12/el-candidato-indiscreto-episodio-iv.html
Episodio V: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/01/el-candidato-indiscreto-episodio-v.html
Episodio VI: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/01/el-candidato-indiscreto-episodio-vi.html
Episodio VII: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/01/el-candidato-indiscreto-episodio-vii.html
Episodio VIII: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/02/el-candidato-indiscreto-episodio-viii.html
Episodio IX: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/03/el-candidato-indiscreto-episodio-ix.html
Episodio X: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/04/el-candidato-indiscreto-episodio-x.html
Episodio XI: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/04/el-candidato-indiscreto-episodio-xi.html
Episodio XII: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/05/el-candidato-indiscreto-episodio-xii.html
Episodio XIII: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/05/el-candidato-indiscreto-episodio-xiii.html
Episodio XIV: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/05/el-candidato-indiscreto-episodio-xiv.html
Episodio XV: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/06/el-candidato-indiscreto-episodio-xv.html
Episodio XVI: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/07/el-candidato-indiscreto-episodio-xvi.html
Episodio XVII: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/08/el-candidato-indiscreto-episodio-xvii.html

De La Pila de Libros ...

Tara Chace es cool. No hay mejor forma de describirla.

Pero no cool en el sentido que abarca martinis en casinos, autos deportivos que se conducen a control remoto y disparan misiles, o conquistadores globales en escondites exóticos. Tara es cool porque vomita después de participar de una balacera y tiene baja auto-estima, porque conoce la intricada política internacional y es fieramente leal a su jefe, porque sufre de estrés post-traumático y bebe whiskey bajo la regadera. Y con todo eso es la mejor agente secreta al servicio del Gobierno de Su Majestad.

Me estoy refiriendo a la magnífica saga de espionaje de Greg Rucka, que empezó con la serie de comics Queen & Country y luego se graduó a dos memorables novelas, A Gentleman's Game y Private Wars, que siguen de cerca las carreras de un trío de operadores de MI6 conocidos como Minders que se encargan de las tareas más difíciles: Extracciones, asesinatos, sabotajes… Cuando la situación exige un trabajo sucio, siempre habrá un Minder listo para meter las manos en la mugre.

Lo que destaca a las novelas de Rucka del montón es el esfuerzo considerable que invierte en elaborar una trama rigurosamente verista sin desmejorar el suspenso y la acción propia de un thriller de espías. Por ende, el escenario de conflicto global es el lienzo sobre el cual se pinta con extenuante realismo los estragos que este estilo de vida inflige sobre sus protagonistas. La intriga enfoca una lupa en los juegos políticos entre las grandes naciones y el costo que algunos están dispuestos a pagar tanto para lograr un objetivo como para avanzar su propia carrera. Los antagonistas no son villanos convencionales a punto de activar una bomba nuclear para llenar la cuota de maldad adecuada, son personajes arrancados de los titulares del Siglo XXI. Inclusive cuando la violencia se precipita está tan bien fundamentada que resulta tan creíble como cualquier noticia que vemos en CNN.

A Gentleman's Game comienza con un atentado terrorista en el corazón de Londres y, en represalia, Tara es despachada al Medio Oriente a ejectuar a un líder wahhabista. La misión se complica y ella rápidamente se convierte en una prófuga de varios gobiernos, incluyendo el suyo. Private Wars gira en torno a Uzbekistán, en donde el poder político se lo pugnan narcisistas sádicos ansiosos por la aprobación de los estadounidenses que sin embargo torturan a su propio pueblo para consolidar su control. Ahí los principios de Tara colisionarán con la necesidad de prevenir un incidente internacional.

Greg Rucka ha sido descrito por el Salem Statesman Journal como una mezcla de Hemingway, Spillane y Hammett, y rápidamente se está convirtiendo en un autor del cual hay que estar pendiente. Sus libros no están a la venta en Panamá, pero les aseguro que vale la pena encargarlos. Aquí les copio algunos links de Amazon para facilitar el trabajo:


domingo, 9 de septiembre de 2007

El Candidato Indiscreto: Episodio XVIII

“¿Alguien te ha dicho que eres un imán de problemas?” Me pregunta Esteban Sucre, Director de la Policía Técnica Judicial.

Los cuento con los dedos. “Mi madre, mi padre, mis hermanos, mi jefe, mi—”

“¡Basta!” Hoy Esteban me tiene menos paciencia que de costumbre. “¿Tienes idea del tiempo que invertimos en preparar ese operativo en Babylonia, para que tú lo echaras a perder en una sola noche?”

“Técnicamente, no lo arruiné;” replico en mi defensa. “Es más, aporté bastante.” En las horas posteriores al incidente del club nocturno hemos logrado aclarar varios puntos en las claustrofóbicas oficinas de la PTJ. Y uno de esos es que gracias a mí Sucre tiene dos casos en lugar de uno. Él había estado tras la pista de Leo por varias semanas. El imbécil se había montado un negocio redondo: Hacía desaparecer cocaína del cuarto de evidencia, o simplemente la decomisaba en redadas improvisadas y nunca la entregaba, y luego la revendía a precio callejero. Pero su ganancia era del cien por ciento, muy por encima de los proveedores habituales que tienen que comprársela a los traficantes. Temo que no le irá nada bien en la cárcel. Y quizás por eso está cooperando completamente con sus colegas, con la esperanza de que le den un buen deal que le permita escapar ese suplicio.

Lo que yo le entregué a Sucre en bandeja de plata fue un segundo caso en contra de Leo: El delito de extorsión. Después de que las pruebas caligráficas comprobaron que fue él quien llenó la guía del courier en el que llegó al partido el CD con las fotos de Lucero Coronado, él empezó a contar su versión de los hechos, bajo la medición del polígrafo que Samuel hábilmente maneja.

“Esa stripper estúpida me compraba hierba de vez en cuando,” Leo confiesa ante nuestros ojos. “Me debía una plata, así que una noche la seguí para darle su merecido. Y vi que fue a dejar un sobre manila bajo la puerta del partido de Coronado. Eso fue justo después de la última fiesta que él tuvo. Y de repente apareció la investigadora esa en el club. Cualquiera con dos dedos de frente podía entender lo que pasaba. Yo sabía que Virgilio le conseguía cristal a la hija de Coronado.” Resulta que, pese a mis suposiciones, Virgilio es inocente de todo, salvo de ser un amigo alcahueta. Pero creo que su establecimiento no será muy popular, luego de que la mitad de su clientela resultó ser policías en cubierto. Justicia poética. “Así que fui a una de esas fiestas. Y tomé las fotos. Y ya saben lo demás.” Por eso Leo estaba tan alterado al ver que Caridad planeaba salir del país. Él estaba actuando independiente, y contaba con que ella fuera su chivo expiatorio si las cosas se ponían color de hormiga. Y si ella regresaba a Colombia, él quedaba en el ojo de la tormenta.

“Hemos estado interrogando a la tal Caridad,” revela Sucre. “Ella niega todo vehementemente. Y no tenemos evidencia en su contra. Ni siquiera tenemos prueba de que las supuestas fotos de Coronado existan. Las únicas que hemos visto son las de su hija, las que Leo tomó.” Sucre hace una pausa y me mira con desconfianza. “Tú no sabrás nada al respecto, ¿verdad, Sabrina?”

Obviamente El Partido del Billete hizo todo lo posible por ocultar las fotos comprometedoras. Si llegaban al despacho de algún Inspector de la PTJ, al día siguiente serían la primera plana de El Siglo. No hay nada que pueda hacer yo por Esteban. De todos modos, me siento un poco mal al mentirle. Quizás es lo feliz que me siento al saber que el Director de la PTJ no es tan corrupto como me temía.

“Nada que me conste,” respondo. “Trabajaba bajo instrucciones de mis clientes.” Aunque no me siento tan mal, después de todo. Lo cierto es que, pase lo que pase, Esteban Sucre y yo no seremos grandes amigos.

Y sólo estoy mintiendo porque mi investigación no ha concluido.


CONTINUARÁ...
EPISODIOS ANTERIORES

De La Pila de Libros ...

Seguro que a ninguno de ustedes le sorprenderá mi fascinación con el Doctor Hannibal Lecter. Sin duda su presencia en mi subconsciente contribuyó con mi interés en los asesinos en serie (el cual no ha concluido; hay por ahí un borrador titulado Versos que le gustará a los fans de Mirada Siniestra).
Por ende, tan pronto supe de su nueva novela Hannibal Rising tuve que leerla. Sin embargo, a sabiendas de que se trataba de un prequel, me adentré en sus páginas con recelo, pues soy de la opinión que éste es un personaje cuyo pasado no debe ser detallado, que Hannibal El Caníbal se torna más siniestro si el lector llena los espacios en blanco de su carrera homicida con su propia imaginación; pinceladas como el caso de Mason Verger bastan para helarnos la sangre.

Éste es un relato de los años formativos del psiquiatra ambientado en la Europa de la post-guerra, con detalles interesantes diluidos en una básica trama de venganza que reduce al Doctor Lecter a un simple anti-héroe, rol poco digno de una creación tan compleja como el sociópata que conocemos. Hannibal Rising se siente producida expresamente para explotar su éxito comercial en el medio audiovisual, a tal punto que la deformación de su mano izquierda a la cual las tres novelas anteriores hacen marcada referencia en ésta desaparece misteriosamente, para alinearse más con la versión de Hollywood. Me hubiera gustado, por ejemplo, tener al menos un pantallazo de su actual vida en pareja con Clarice Sterling tras el desenlace de Hannibal.

No dudo que Harris sea quien mejor conoce a Lecter, sólo le recomiendo aguardar a una historia apropiada para el personaje que inmortalizó Sir Anthony Hopkins, quien merece tanto crédito por la celebridad de este asesino como el propio autor.