"Imagination is the one weapon in the war against reality."

Jules De Gaultier



sábado, 21 de abril de 2007

De La Pila de Libros ...

¿Y creyeron que El Código Da Vinci era controversial? ¿Cómo les suena una novela en la cual clonan a Jesucristo?

No recuerdo cómo llegó Year Zero de Jeff Long a la pila de libros, pero fue una estupenda adición. Debido a una excavación arqueológica en los restos del "año cero" de la historia se libera una epidemia devastadora que rápidamente va aniquilando a la humanidad. Los sobrevivientes en Los Alamos buscan desesperadamente una cura, y recurren a clonar seres humanos a partir de huesos de aquella época, contando en que teóricamente los hombres de esa época debían tener inmunidad orgánica a la enfermedad. Pero entonces uno de ellos recuerda que en su primera vida se llamaba Jesús...

Hay tantos temas excelentemente enlazados en Year Zero, desde el desmoronamiento de la civilización, los peligros de la clonación y las peripecias del fascinante protagonista Nathan Lee Swift--perseguido por una eterna suerte pésima--que les garantizo experimentarán una lectura entretenida y diferente de la cual no se desprenderán hasta su última línea.

El Candidato Indiscreto: Episodio XI

Ésta no es la imagen publicitaria ideal para Baker Street Security: Su investigadora estrella reunida en Farmer’s con un grupo de strippers. Para todo lo demás existe Mastercard… Pero ignoro a los hombres que nos rondan como buitres, porque todo mi interés está dedicado a Caridad—el nombre ideal para una bailarina, si me preguntan—quien acaba de revelar que es la consentida de Oliver Coronado, mi cliente y el próximo Presidente de Panamá.

“Él es muy caballeroso,” relata Caridad. “Ya no se ven hombres como él en el club. Y es muy discreto.” Al igual que ella, que nos esquiva con detalles insignificantes.

“Y por eso es que siempre organiza fiestas privadas,” agrega Belén. “A las cuales, claro, Cari es la primera invitada.” Arqueo una ceja, invitándola a responder.

“Vea pues, que yo no soy la única;” replica Caridad. “A él le gustan varias chicas.”

“Pero su preferida eres tú, no lo disimules;” insiste Donna. “Cuéntanos, ¿cuál es tu secreto?”

Caridad se encoge de hombros. “No sé, no me gusta hablar de esas cosas fuera del trabajo;” finalmente dice. “¿Podemos cambiar el tema, pues?”

En menos de una hora Caridad y yo somos grandes amigas. Puedo ser muy sociable si me lo propongo. Descubro que gran parte de lo que gana lo remite a Colombia, a su madre desempleada, para que mantenga a su hermana menor. También me confiesa que la mayor parte del dinero la señora lo consume en su alcoholismo desenfrenado. Ha jurado no volver a pisar su tierra, porque no quiere volver a verla. Llego a la orilla de la simpatía con su historia, pero me recuerdo a mí misma que estas mujeres ni siquiera utilizan el nombre con el cual fueron bautizadas. ¿Cómo puedo creerles cualquier otra cosa?

Por supuesto que el tema de Oliver no lo vuelvo a mover. Lo único que lograría, a estas alturas, sería alienar a mi nueva amiga. Pero está bien, eso es secundario. ¿Recuerdan que ya he costeado varias rondas de tragos diversos para todas? Eso me ha dado la oportunidad de ir y venir como vasos plásticos y botellas de cerveza. Y llevo una cartera lo suficientemente grande como para guardar muestras de las huellas digitales de cada una de mis acompañantes. Incluyendo a Caridad.

El sol está saliendo cuando el agotamiento puede más que nosotras, y nos despedimos. Yo le doy el bote a algunas y, cuando ya voy sola en mi CR-V, mis párpados me exigen dirigirme a mi apartamento y acumular la mayor cantidad de horas de sueño posible. Pero mi mente me impide complacer a mi cuerpo. Cuando hablamos de Coronado, las muchachas varias veces hicieron referencia a fiestas privadas. Eso reduce mis opciones. Si las fotos comprometedoras fueron tomadas en una de esas fiestas, eso implica que detrás de la cámara había alguien con acceso interno. Y es imposible que al pensar en eso uno no se acuerde de Virgilio, el sospechoso perfecto. Sus negocios con Leo dejan claro que es capaz de cosas peores.

Decido visitar la oficina de Virgilio. Mi impaciencia me impide esperar un día más para indagar quién es, a qué se dedica, y cuáles son sus debilidades. Mi primera parada, por supuesto, es en la oficina que tiene arriba de Babylonia. No hay mejor momento que éste. Después de una ardua noche de trabajo, ya Virgilio debe estar en casa. Al menos, eso me digo a mí misma. A lo mejor pueda atribuírselo al cansancio, al sueño, o a las cervezas ingeridas. Lo cierto es que lo último que esperaba encontrarme al infiltrarme en la oficina es a Virgilio dentro de ella.

Houston, tenemos un problema.
CONTINUARÁ...
EPISODIOS ANTERIORES
Episodio I: http://rfjplanet.blogspot.com/2006/10/el-candidato-indiscreto-episodio-i.html
Episodio II: http://rfjplanet.blogspot.com/2006/10/el-candidato-indiscreto-episodio-ii.html
Episodio III: http://rfjplanet.blogspot.com/2006/11/el-candidato-indiscreto-episodio-iii.html
Episodio IV: http://rfjplanet.blogspot.com/2006/12/el-candidato-indiscreto-episodio-iv.html
Episodio V: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/01/el-candidato-indiscreto-episodio-v.html
Episodio VI: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/01/el-candidato-indiscreto-episodio-vi.html
Episodio VII: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/01/el-candidato-indiscreto-episodio-vii.html
Episodio VIII: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/02/el-candidato-indiscreto-episodio-viii.html
Episodio IX: http://rfjplanet.blogspot.com/2007/03/el-candidato-indiscreto-episodio-ix.html

domingo, 1 de abril de 2007

De La Pila de Libros ...

Durante los últimos meses he tenido espías en la cabeza. Espías británicos, específicamente. Son parte del elenco de una nueva novela cuyo primer borrador concluí hace un mes.

Como parte del ejercicio he dado un vistazo a lo que está ocurriendo con los espías en la literatura actual, para no repetir lo que otros autores están haciendo. Y así me encontré con A Gentleman's Game.

Greg Rucka, uno de mis autores favoritos y una de mis influencias, incursionó en el género del espionaje con Queen & Country, un comic blanco y negro publicado por Oni Press e inspirado por la vieja serie de TV inglesa The Sandbaggers. La serie se ha hecho merecedora de varios galardones, y en el 2004 Greg publicó la primera novela de Q&C.

Tara Chace, la fascinante protagonista de A Gentleman's Game, no es una versión femenina de James Bond. No tiene armas fantásticas ni automóviles formidables, no gana lo suficiente como para jugar poker y beber martinis, y pasa más tiempo forcejeando con la burocracia de su propio gobierno y con la traicionera política internacional.

Pero igual es letal, convincente, y nos lleva de la mano a conocer a un grupo de personajes interesantísimos y a confrontar un mundo perturbadoramente similar al nuestro.

A Gentleman's Game es una recomendación de mi pila de libros que no los defraudará. Hay una segunda novel de Tara, Private Wars, pero aún no la he leído, así que después les contaré. Y aunque no es necesario conocer la serie Queen & Country para disfrutrar el libro, aquella también es una lectura que les garantizo disfrutarán.

De los Expedientes de Baker Street Security (Confidencial)

"Supongo que es posible que ellos se introduzcan en mis oficinas y revisen estos expedientes. Pero lo dudo. Me consideran small potatoes. No hay nada que pueda hacer sino mantener silencio. Y guardar registro del secreto sobre La Niebla.

Lentamente la verdad de lo que sucedió en 1999 se dará a conocer. Ocurrió una vez y puede volver a suceder. Y ahora lo advierten los diarios: http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2007/03/16/hoy/panorama/920588.html.

Por ahora, lo único que puedo hacer es llevar constancia de todos los eventos relacionados. Los McGowans y los Gibsons en mi camino no podrán reprimir la verdad eternamente: http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2007/03/16/hoy/panorama/920140.html. Sus propios gobiernos empiezan a filtrar versiones de la realidad: http://www.pa-digital.com.pa/archive/03162007/topstory.shtml.

El enemigo anda suelto. Y La Niebla también."

S. Saavedra

El Candidato Indiscreto: Episodio X

Menos mal que la jornada en Babylonia está por terminar. Cada noche se me hace más difícil fingir el rol que me corresponde, a sabiendas de que Leo sigue en el área conduciendo impune sus negocios. Cuando concluya este caso ojalá tenga oportunidad de dedicarle algo de tiempo, a ver si se lo entrego a la policía con un lazo de regalo en la cabeza.

Para empeorar las cosas, desde nuestro incidente en el baño del otro día Virgilio ha optado por dedicarme mayor atención. Es peor de lo que suena. Mientras tomo un break en la barra, él se sienta a mi lado. “Cansada, ¿no?” Me pregunta. Asiento con la cabeza. Extraño mi cama. “Hay otra posición más lucrativa en la que no te cansarías tanto.” El ron es como una nube alrededor de su cabeza.

“Ya te he dicho que no estoy interesada,” le advierto sin mirarlo.

“Eres una mujer bella, con un cuerpo de película. Deberías explotarlo. A las bailarinas aquí les va muy bien. Cualquiera te lo dirá.” Me da una palmada en el muslo y se levanta. “Piénsalo y me avisas, ¿sí?” Lo que en realidad significa ‘Decídete que sí y me avisas’. Necesito cerrar este caso rápido. O acabaré vaciando una bolsa de hielo dentro del pantalón de Virgilio. A lo mejor debo renunciar de una buena vez. Éste ángulo no me ha dado buenos resultados. Tengo suficientes vasos de shot en la oficina para abrir mi propio bar, pero ninguno con las huellas digitales que busco. Y ninguna de las strippers va a dejar que una mesera se acerque lo suficiente a su grupo como para—

“Oye, tu nombre es Sabrina, ¿no?” La pregunta proviene de Donna, una de las chicas con las que previamente he hablado. “Ya la noche está casi muerta; en cualquier minuto cierran. Algunas de las muchachas nos vamos a ir a tomar unos traguitos en un rato. ¿Quieres venir con nosotras?”

¡Bingo!

Podría besar a Virgilio (Pero no lo haré). ¿Quién habría sospechado que sus insinuaciones y sus faltas de respeto serían la clave para ganarme la simpatía de las bailarinas? De haberlo sabido habría propiciado la situación antes…

Las muchachas—Nueve colombianas, cuatro ecuatorianas, y una panameña discriminada por sus propios compatriotas—me llevan a Farmer’s, una especie de cantina de la cual no me sorprendería que no todos sus clientes salieran intactos.

Como era de esperarse, todas toman turnos para hablar mal de Virgilio. Es como un rito de iniciación. Y tengo que reconocer que hasta ahora me ha tocado la versión light del propietario del club. Una razón más para hundirlo a él y a Leo cuando esto acabe.

Lo que sí es una sorpresa relativamente grata es que resulta divertido pasar el rato con este grupo de bailarinas. Llevo tantos días criticándolas y burlándome de ellas en mi mente, que no había hecho el intento de verlas como personas. Estas chicas llevan una vida bastante alternativa, pero no son la historia trágica que uno se imagina. Son mujeres que hicieron una elección, y están orgullosas de ella. Y eso lo respeto. Tanto que me ofrezco a pagar varias rondas en el bar.

A medida que el nivel de alcohol va aumentando, los temas de conversación van variando, y las muchachas empiezan a contar historias jocosas de sus clientes. Belén me dice que ese es un buen motivo para ingresar al negocio: Todo las noches hay algo muy gracioso.

“Pero Caridad tiene el cliente más interesante de todas,” advierte Donna, y todas volteamos a mirar a la susodicha, una de las menos extrovertidas. “¿Por qué no nos cuentas, Cari?” En esa fracción de segundo una alarma se activa en mi cabeza, y por primera vez reconozco a Caridad como una de las chicas que aparecía—Parcialmente—en las fotos del extorsionador. “¿Ustedes saben quién es Oliver Coronado?” Donna añade, con picardía.

Encargo la siguiente ronda de bebidas, e invito a Caridad a hablar.
CONTINUARÁ...
EPISODIOS ANTERIORES