Sonará extraño que, al referirme a la primera década del Siglo XXI, que vio la publicación de mis tres primeras novelas, lo único que me apetece decir es: “¡Al fin se acabó!” Quizás es que el 2010 ha sido un año harto irregular, pero sospecho que la década que empieza mañana será mucho más interesante.
Además, el futuro está atrasado: SkyNet no se ha vuelto autónoma, los perezosos extraterrestres no han invadido, no he conocido a los soldados transgénicos de James Cameron (Ojalá todos se vean como Jessica Alba), aún no venden droides de protocolo y sigo esperando mi carro volador, o al menos un DeLorean que me traslade a 1985.
Mientras tanto, en el mundo real, entre un diluvio de interrupciones y compromisos avancé bastante en mi proyecto actual, que promete ser mi mejor novela aún. Todavía tengo por delante muchos meses frente al teclado, pero quienes están esperando mi siguiente obra no deben desesperarse. Mi cuarta novela ya está lista, y después de varias revisiones ya tengo una versión definitiva con la que estoy contento… por ahora. He aquí la evidencia: