"Imagination is the one weapon in the war against reality."

Jules De Gaultier



jueves, 30 de mayo de 2013

Mis Tramas Perversas


En los cursos anuales de cine de Alexandra Schjelderup (Muy extrañados, por cierto) me apropié de la frase “trama perversa”, y hace casi dos años durante su inolvidable diplomado para guionistas descubrí que ella a su vez la había heredado del cineasta cubano Manolo Rodríguez.  Estas dos palabras no ilustran asesinatos brutales como aquellos que desalientan a las chicas a salir de noche con el escritor de Mirada Siniestra sino al tema de la obra, aquello que por debajo de la historia el autor procura ilustrar con su relato.  No sólo los eventos sino las metáforas pueden dirigirse a inyectar sigilosamente el contenido de la trama perversa en el subconsciente del lector, y es uno de los factores claves para que nos volvamos fanáticos de una ficción.  En Veritas Liberabit, por ejemplo, la trama perversa es el impacto psico-emocional de las relaciones de Sabrina con los hombres de su vida.

Gran parte de lo que va del 2013 la he dedicado a destilar una colección de cuentos que he producido intermitente durante los últimos doce años.  El más antiguo data del 2001; recuerdo a mi querida amiga Yamileth Zachrisson improvisando una lectura dramatizada de uno de esos cuentos en la oficina del Círculo de Lectura de la USMA en aquella época en que no valorábamos debidamente esos períodos de ocio intelectual que ahora tanto extrañamos.  Esta colección de cuentos ya ha estado “terminada” en años previos… Durante un rato se tituló Cicuta para el Alma, luego evolucionó y cambió su nombre a In Media Res, hoy en día su portada lee… De momento llamémosle simplemente AGR.  Como imaginarán, este libro se ha transformado a la par de mis vivencias.  Por ejemplo, hay un cuento que escribí el día en que cumplí veinticinco años, transmitiendo lo que sentía al alcanzar ese supuesto hito.  En el camino algunos cuentos han sucumbido al escalpelo del Cirujano, otros han sido exiliados al Cementerio de Conceptos y otros han surfeado con garbo el tsunami de la adultez.  Ningún otro de mis proyectos tiene un futuro tan incierto como esta colección (aún no se ha ganado la denominación de “antología”), pero la admiro pues emulando a Wolverine constantemente sana sus heridas, despliega sus garras y arma un blitzkrieg para defender su derecho a una vida que no comprende.

domingo, 26 de mayo de 2013

En los Labios de Sabrina

El 3 de Abril pasé la noche con el Círculo de Lectura de la Universidad Interamericana de Panamá conversando acerca de mis tres obras.


Durante las próximas semanas estaré compartiendo con ustedes algunas cápsulas en video de ese día, empezando por ésta: ¿Cuál es el truco para mantener consistencia en el monólogo de Sabrina?



miércoles, 22 de mayo de 2013

RFJ Planet 2013 Tour: Academia Interamericana



El martes 23 de Abril celebré el Día del Idioma en una amena mañana con los estudiantes de la Academia Interamericana de Panamá, quienes bajo la organización de los Profesores Ana Rosa Lerma y Basilio Famanía sostuvieron un dinámico conversatorio sobre mis tres novelas.

Quien tenga dudas de que la literatura está en riesgo de extinción en este siglo de democratización tecnológica sólo necesita pasar unas horas con estos muchachos para infundirse de aliento no sólo por su pasión por los libros sino por el interés que varios exhiben en incursionar en este oficio.

Aquel día conversamos sobre el reto de escribir desde la perspectiva de un personaje femenino, el pasado y el futuro de Sabrina Saavedra, la inspiración de los asesinatos en Mirada Siniestra, la construcción psicológica de los antagonistas, el proceso de corrección, la selección de los títulos y mucho otros temas apasionantes.

Me revelaron que en Internet ya existe fan fiction sobre Sabrina, lo cual me conmovió profundamente.  No he tenido oportunidad de bucear en los navegadores para encontrarla, pero tan pronto la localice la compartiré con ustedes.  Si estas lectoras o los autores del fan fiction leen este blog, por favor envíenme los enlaces.  ¡Me encantaría leer sus trabajos!

domingo, 5 de mayo de 2013

Viene el momento de ser IMPULSIVOS...

Se acerca el momento de revelar más información sobre mi nueva novela...

¡Pero mientras tanto, comparto con ustedes el nuevo trailer de mi cuarto libro!


jueves, 2 de mayo de 2013

¿Fe de Erratas?


Yo traté.  Hice mi mejor esfuerzo.  Pero simplemente no estoy cableado para lograrlo.  Y la coyuntura es propicia para hacer un mea culpa público.

            En la década que ha transcurrido desde la publicación de Mirada Siniestra de vez en cuando me tropiezo con un debate lateral acerca de mi empecinado uso de las “comillas” para distinguir los diálogos de los personajes, que son prominentes en mi técnica narrativa.  Incluso recuerdo que cuando aquella novela llegó de imprenta, justo antes de que estuviera disponible al público, me sentí cohibido frente al primer cuestionamiento sobre esta práctica.  En castellano la formalidad es utilizar —guiones— cuando los personajes hablan, las comillas se emplean cuando escribes en inglés.  Y la diferencia no sólo radica en el símbolo; su ubicación entre los diálogos también varía entre los dos idiomas.

            La verdad es que yo siempre he estado consciente de esta distinción y mi inclinación hacia las comillas es plenamente deliberada.  Llevo más de la mitad de mi vida leyendo ficción en ambos idiomas.  Es más, cuando conocí al Profesor Ricardo Ríos al comienzo de mi etapa universitaria él me alentó a leer más en español, pues en aquel entonces casi todas las obras que me interesaban eran en inglés y eso estaba teniendo repercusiones adversas cuando redactaba en mi lengua materna.  Desde entonces he procurado alternar libros en ambos idiomas para mantener el balance.  Siempre que puedo evito leer la traducción de una obra (lo que no me fue posible con Millenium, por ejemplo).

            Pero lo que no puedo sustentar con argumentos válidos es por qué prefiero las comillas.  Cuando gateaba literariamente usé los guiones pues fue lo primero que conocí en los libros.  Pero en algún momento de mi adolescencia decidí transfugarme al partido de las comillas y hasta el sol de hoy no me he retractado de esa decisión.  Pero, ¿por qué esa lealtad tan arbitraria?