Sí, ya sé que escribió El De-Sastre de Panamá. Y ese ha sido motivo suficiente para mantenerme al margen de sus obras. Pero en su defensa sólo he visto la película, y luego de familiarizarme con su prosa finamente irónica—al estilo tradicional británico—me resulta fácil admitir la posibilidad de una mala traducción de parte de Hollywood.
En todo caso, no podía realizar mi exploración del género del espionaje sin pasar por las páginas del ex-espía John Le Carré, y lo hice con su obra Absolute Friends, la cual plenamente recomiendo. Y no lo hago sólo por su astuto contraste de La Guerra Fría versus La Guerra Contra El Terror, ni por su representación realista del oficio del agente doble, sino por la caracterización de sus dos protagonistas—Mundy y Sasha—pues nada más el melancólico drama de su improbable pero inquebrantable amistad hace que la novela valga la pena.
Ahora creo que uno de estos días tendré que conocer a George Smiley…
En todo caso, no podía realizar mi exploración del género del espionaje sin pasar por las páginas del ex-espía John Le Carré, y lo hice con su obra Absolute Friends, la cual plenamente recomiendo. Y no lo hago sólo por su astuto contraste de La Guerra Fría versus La Guerra Contra El Terror, ni por su representación realista del oficio del agente doble, sino por la caracterización de sus dos protagonistas—Mundy y Sasha—pues nada más el melancólico drama de su improbable pero inquebrantable amistad hace que la novela valga la pena.
Ahora creo que uno de estos días tendré que conocer a George Smiley…
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