Entrega Especial

Un hombre desesperado cruzó la frontera en un jeep maltrecho, perseguido de cerca por inmisericordes facinerosos decididos a impedir que llegara a su destino. Ya en suelo panameño abrieron fuego contra él. Las balas le perdonaron la vida al conductor pero destrozaron sus llantas y él perdió el control, precipitándose por un barranco. La caída le salvó la vida pues lo lanzó fuera del auto antes del impacto final. Sin embargo, él se arrastró de vuelta al vehículo volcado a rescatar el paquete que debía entregar a toda costa. Logró rescatarlo justo antes de que se empapara de la gasolina que chorreaba del tanque. Él arrancó a correr con todas sus fuerzas, pues sus enemigos abrieron fuego contra el jeep, y en instantes la gasolina propició una estrepitosa explosión. Las llamas incendiaron la vegetación, ocultando su huída. El hombre permaneció oculto en la selva tres días, alimentándose con insectos variados. Finalmente logró sobornar a unos contrabandistas para que lo transportaran a la capital, en donde continuó incógnito en varios diablos rojos hasta llegar a mi edificio y tocar a mi puerta.

“¿Te siguieron?” Le pregunté, y él me miró ofendido por mis dudas en cuanto a sus habilidades. Colocó en mis manos el valioso paquete y luego sucumbió exhausto a un sueño de doce horas. Yo abrí ansioso el paquete, y mi vista buscó las primeras líneas del libro en su interior, que decían: Mi nombre es Sabrina Saavedra. Soy una investigadora privada y una adicta a la adrenalina, y actualmente tengo dos objetos extraños en mi cuerpo…

Bueno, quizás me he tomado algunas licencias dramáticas en cuanto a los acontecimientos reales, pero fue igual de emocionante recibir el libro impreso de Veritas Liberabit.

Entonces, ¿nos vemos en la Feria?