La anterior no es una cita de la novela que publicaré este año, pero ya volveremos a ella. Hablemos primero de Veritas Liberabit.
Me propuse terminar la revisión de las pruebas en Febrero, pero tal y como auguré el tiempo nunca alcanza para todo lo que yo quisiera. Buenas noticias: Acabo de enviarle un e-mail a Eli con la lista de las correcciones, así que puedo suspender mi sentimiento de culpa por el atraso.
En esta etapa la producción literaria, por lo menos en mi experiencia, se asemeja a aquellas relaciones tan largas que la rutina y la costumbre te van haciendo mirar de reojo a las otras chicas que se te cruzan en la calle. Quieres a tu novela, pero la has leído una y otra y otra vez. Y la lees una última vez, sintiendo algo de tedio y fastidio mientras recorres los mismos diálogos y las mismas escenas que ya tantas veces has estudiado. Y te impacientas, porque hay nuevos personajes, nuevas situaciones que te están tentando a dejarla a un lado y correr al teclado a emprender nuevas aventuras. Uno pensaría que después de una docena de lecturas ya todos los errores han sido detectados, pero prueba de lo contrario es la lista de diez páginas de correcciones que recién remití a la editorial.
El asunto es tan impredecible que en esta última lectura me percaté de un problema con los celulares de mis personajes que podría causar una crisis en el nivel de realidad de la obra, y tuve que tomar el escalpelo narrativo y realizar una cirugía de emergencia para rescatarla.
Pero como esa antigua novia cuyas expresiones puedes interpretar instantáneamente, de repente llegas al desenlace y te sorprendes experimentando la misma emoción de cuando la escribiste, porque una vez más presencias la catarsis de tus personajes y los ves crecer a una nueva “etapa” de sus “vidas”. Esto es especialmente cierto en el caso de Sabrina y su elenco, porque sé exactamente hacia dónde se dirigen en una hipotética tercera novela, y será su aventura más emocionante aún.
Pero por ahora tenemos a Veritas Liberabit, que me deja con la satisfacción de que una historia que necesitaba ser contada ha sido contada, y eso hace que cualquier otro sacrificio valga la pena.
Ahora bien, quedan otras novias de antaño que esperan pacientemente a que les vuelva prestar atención. En especial tengo otra novela ya escrita—que por ahora llamaremos simplemente IT—a la cual a partir de Abril empezaré a dedicarle una porción de mis fines de semana, para pulir los detalles de sus páginas.
Y debo reconocer que hay una chica en particular que estoy mirando cada vez más de reojo cuando nos cruzamos en la calle. Llevo más de un año y medio haciendo investigaciones intermitentes en preparación para una nueva novela que, dado que se trata de una ficción histórica ambientada antes de que yo naciera, me ha exigido documentarme muy bien antes de llevar los dedos al teclado. Por el momento llamemos a esta nueva novela EPK (Aunque también podría ser TD6. Aún no estoy seguro…), y la cita al inicio de estos comentarios es la primera oración de la historia. Este mes finalmente puse manos a la obra y ya he escrito el prólogo de éste, que se insinúa como mi proyecto más ambicioso y más emocionante aún. Les mantendré al tanto de los avances.
Ritza: Cuando empecé a escribir EPK, ya tenía una carpeta con 139 archivos de audio con una gran variedad de ideas para sus páginas. ¡Excelente regalo! Gracias, de nuevo.
“Emocionante”. Veo que esa es una palabra que he usado con frecuencia en estos párrafos. ¿Qué clase de síndrome padecerá una persona que constantemente se emociona por situaciones y personajes ficticios?
Bueno, creo que ya he ocupado suficiente de su tiempo con mis necedades por hoy. Ahora vayamos a la parte más interesante: Un obsequio especial a mis lectores.
A continuación encontrarás las tres primeras páginas de Veritas Liberabit. Sólo tienes que hacer clic en cada una para leerla. Y si te interesa leer el capítulo primero de la novela, puedes solicitármelo ya completamente gratis a ramonfjurado@gmail.com.
Saludos,
"...Right now I can't read too good
Don't send me no more letters, no
Not unless you mail them
From desolation row..."
Bob Dylan
Desolation Row
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